Estrategias de liderazgo interno para fortalecer la cultura RSE

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La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se ha establecido como un elemento esencial en compañías que buscan destacarse y aportar valor que trascienda las ganancias económicas. En este sentido, el liderazgo interno es fundamental en la creación y fortalecimiento de una auténtica cultura de RSE. Examinar esta conexión es clave para entender cómo las empresas pueden realmente incorporar la responsabilidad social en su esencia.

Definición de liderazgo interno en el marco RSE

El liderazgo dentro de la organización incluye tanto a la alta gerencia como a los jefes de equipos, mandos intermedios y personas influyentes en la empresa. Estos son individuos que, a través de su ejemplo, comunicación y decisiones, influyen en los comportamientos, valores y prioridades a todos los niveles de la jerarquía. En cuanto a la RSE, estos líderes actúan como catalizadores que pueden acelerar o detener la adopción de principios éticos y sostenibles.

Creación de una visión compartida: el liderazgo como motor de la RSE

El liderazgo interno efectivo asume el reto de comunicar y difundir una visión alineada con la responsabilidad social. Esta visión no puede quedarse en discursos institucionales; debe permear procesos cotidianos y ser entendida como parte del propósito colectivo. Un líder enfocado en RSE fomenta la motivación intrínseca para adoptar prácticas éticas, lo que se traduce en mayor compromiso y pertenencia.

Por ejemplo, en la compañía española Telefónica, el Comité de Sostenibilidad ha conseguido desarrollar una perspectiva integral sobre la RSE, involucrando tanto a directivos como a empleados en general. De acuerdo con el Informe de Sostenibilidad 2023 de la empresa, más del 78% de los trabajadores percibieron que las acciones de RSE estaban incorporadas en sus funciones diarias, como consecuencia del liderazgo colaborativo.

Impulsar comportamientos responsables: del ejemplo a la acción

Uno de los mayores retos para fortalecer la RSE es lograr uniformidad. El liderazgo dentro de una organización que actúa como modelo a seguir favorece las acciones de responsabilidad social ante su equipo. Tomar decisiones basadas en principios éticos, incentivar la transparencia y la rendición de cuentas, así como valorar a los empleados comprometidos, son acciones respaldadas por investigaciones como la llevada a cabo por la Fundación SERES en 2022, que indica que las culturas donde los líderes son referentes triplican la eficacia de los programas RSE.

Un caso paradigmático es el de Grupo Bimbo, donde la figura de Daniel Servitje, su presidente, ha promovido políticas de cero desperdicio de alimentos y respeto hacia los derechos laborales. Este liderazgo congruente ha sido clave para que la compañía sea reconocida por sus acciones sostenibles en América Latina, logrando reducciones significativas en emisiones de CO2 y un incremento del 60% en voluntariado corporativo.

Capacitación y fortalecimiento: recursos para facilitar la transformación

El liderazgo interno no solo se limita a los puestos de más alta jerarquía. Identificar y formar líderes de base genera espacios de innovación e impacto. Programas de capacitación en ética, derechos humanos y gestión sostenible potencian la capacidad de los empleados para convertirse en embajadores de la RSE. En empresas como Inditex, la implementación de talleres de sensibilización medioambiental y equidad de género ha derivado en la creación de comités internos que diseñan y ejecutan proyectos alineados con la estrategia global de la empresa.

Este empoderamiento es crucial para la sostenibilidad de la cultura RSE, pues disminuye la resistencia al cambio y permite adaptar las iniciativas a realidades y retos locales. Estudios de la Universidad de Deusto subrayan que las empresas con estructuras de liderazgo descentralizadas presentan proyectos de RSE más innovadores y con mayor impacto social.

Adaptabilidad e innovación: liderazgo interno ante nuevos retos en RSE






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El entorno empresarial es cambiante, con normativas más rigurosas y una ciudadanía cada vez más vigilante sobre el comportamiento de las organizaciones. El liderazgo interno debe estar listo para prever tendencias y ajustar la estrategia de responsabilidad social corporativa a las nuevas realidades como el cambio climático, la inclusión y la digitalización. Compañías que han desarrollado capacidades de liderazgo resiliente, como BBVA o Acciona, han sido capaces de reaccionar con agilidad a retos como la pandemia del COVID-19 o la transición energética, redirigiendo esfuerzos y recursos hacia causas que son prioritarias para la sociedad.


Medición y rendición de cuentas: la transparencia como valor impulsado por el liderazgo

La cultura RSE no puede consolidarse sin mecanismos claros de evaluación y reporte. El liderazgo interno debe fomentar una cultura de medición de impactos sociales y ambientales, estableciendo indicadores y metas concretas. La publicación de informes de sostenibilidad, auditorías internas y espacios para retroalimentación son parte del proceso de transparencia imprescindible para fortalecer la confianza de grupos de interés.

Un caso ejemplar es el de Ferrovial, en el cual los dirigentes internos han impulsado la incorporación de la evaluación ambiental en cada obra. Esta iniciativa no solo ha mejorado la eficacia en las operaciones, sino que también ha fortalecido la imagen de la compañía ante inversores y consumidores comprometidos.

La conexión interdependiente entre el liderazgo y la cultura de RSE

El papel del liderazgo interno en la cultura RSE trasciende la implementación de políticas; se manifiesta en la coherencia diaria y en la capacidad de involucrar a todos los integrantes de la organización. Los líderes son el vínculo entre propósito y acción, generando condiciones para que la responsabilidad social permee como parte natural de la identidad empresarial. La observación de ejemplos y datos permite afirmar que, sin liderazgo comprometido y formado, la RSE se limita a ser un conjunto de buenas intenciones; pero cuando el liderazgo es participativo, coherente y transformador, la cultura RSE se convierte en el motor principal de innovación, reputación y sostenibilidad organizacional.